El Dr. Clothier afirma: "Lo hemos hecho en dos cabezales y podemos utilizar la ecuación de Woodings para resolver la pendiente de la curva exponencial de conductividad. De este modo, puedo predecir con el tiempo el movimiento del frente de humectación que se aleja del gotero. Eso ha sido muy útil para calcular qué volumen de suelo estamos mojando. Nos dice si debemos tener uno o dos goteros. En este bosque, creemos que podemos prescindir de dos goteros porque, si se riega durante dos horas, el radio del frente húmedo será de 20 cm y la profundidad de unos 40 cm, lo que supone un volumen de agua suficiente para las raíces de los árboles". El Dr. Clothier dice que también construyeron un pequeño dique alrededor de los goteros para poder contener el agua dentro de la zona de goteo en caso de hidrofobia o arena irregular.
El efluente tratado resuelve los problemas de salinidad
Históricamente, los EAU bombeaban sus aguas residuales al Golfo Pérsico, pero últimamente han empezado a considerarlas un valioso recurso hídrico, no sólo para los bosques del desierto, sino también para el riego de cultivos frutales y palmeras datileras. El Dr. Clothier afirma: "Cuando empezamos a obtener resultados, nos dimos cuenta de que regábamos con aguas subterráneas de alta salinidad, unos 10 dS/m, y que el efluente de aguas residuales tratadas sólo tenía 0,5 dS/m". Este fue un descubrimiento importante porque con el agua subterránea de alta salinidad, tienes que regar en exceso para mantener una fracción de lixiviación de sal. Sin embargo, cuando aplicamos el efluente de aguas residuales tratadas, vemos inmediatamente una respuesta en los árboles porque tiene 1/20 de la carga de sal".
El Dr. Clothier observó que hay un problema en que los árboles respondan tan bien al efluente de aguas residuales. El efluente depurado hace que los árboles crezcan más altos y más rápido, de modo que si el servicio ecosistémico que se quiere del bosque desértico es que tengan de 4 a 6 metros de altura, se convierte en un problema". Y añade: "En realidad, se trata de un problema positivo, porque ahora podemos inducir un riego deficitario, creando así un mayor recurso de efluentes de aguas residuales tratadas para regar muchos más bosques."
¿Cuál es el futuro?
El Dr. Clothier dice que empezaron con un estudio piloto en los EAU en 2014, y que tuvo tanto éxito que terminaron con dos proyectos de cuatro años financiados en su totalidad, uno sobre efluentes de aguas residuales tratadas, y otro investigando el riego de palmeras datileras. Dice que tienen otros tres años y medio de trabajo en los EAU en estos proyectos, y al final, su objetivo es desarrollar un modelo para el riego forestal y la gestión de la salinidad del suelo, junto con el desarrollo de la capacidad para la medición y modelización de los impactos de riego en la silvicultura sostenible. Recientemente han desarrollado un prototipo de herramienta informática de apoyo a la toma de decisiones en materia de riego que proporcionará asesoramiento sobre riego sostenible para optimizar el uso del agua. La herramienta de apoyo tiene en cuenta la necesidad de mantener la lixiviación salina, y pueden introducirse registros reales de riego para permitir su uso en tiempo real.
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